¿A casita? ¿Se ha preguntado qué está pasando en las sociedades? cuando vemos jóvenes influenciados por malas compañías, sin identidad de hijos y sin respeto y amor a su propia vida y a la de su familia. Donde están nuestros niños cuando hay oportunidad de enseñarles la verdad, lo puro, lo justo, lo amable todo lo bueno y admirable, y digno de alabanza?( Filipenses 4:8 (NTV)) Donde están?.
Marcamos, señalamos, acusamos y condenamos a nuestros jóvenes que un día fueron niños que pudieron haber sido equipados no solo en casa en nuestros hogares, sino en la iglesia pero que por un temor, una mala experiencia o sencillamente un argumento Papa se excusa con que “el niño no quiere ir””Verdad hijo que no quiere ir?” . Nos damos cuenta que hay oportunidades decisivas en nuestra vida y esta no debería ser de menos importancia.
Como padres somos responsables del crecimiento espiritual de nuestros hijos y la demanda que pongamos en su espíritu va a determinar el avance y el crecimiento de ellos.
La palabra nos enseña (y la recitamos de memoria) que instruyamos a nuestros niños en el camino correcto y que aun cuando fuere viejo no lo abandonaran (Proverbios 22:6)NTV pero si de pequeño no le enseñamos que hay un lugar preparado para ellos, esperando por ellos, para ser enseñados para ser equipados tu niño va a crecer y no va a entender ni superar los desafíos que la vida le presenta, porque como padres no les enseñamos una verdad que sobrepasa su realidad.
Preparemos a nuestros hijos, desde una noche antes (vamos a la casita) levantemos expectativas de lo que Dios va a hacer con ellos y a través de ellos en su clase (en el lugar adecuado para q el reciba la enseñanza para su edad) No se lo impidamos!! Pidamos a Dios la sabiduría y estrategia para instruirles que ese es el mejor lugar que puede estar mientras usted también se alimenta y crece espiritualmente. Mateo19:14 (RVR1960)
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Mateo 19:14
Nuestros niños necesitan ser libres en Cristo Jesús, conocer y experimentar su amor a temprana edad y así puedan crecer sanos física y espiritualmente.
Seamos nosotros como padres los primeros en enseñarles a congregarse, hagámosle saber que usted va a regresar por él, que solo será un momento mientras usted también recibe y que luego el le enseñe lo que también aprendió, esto afirmara el deseo de su hijo de aprender y ser equipado no solo en conocimiento sino en poder.
No impida! ni detenga! el crecimiento de su niño, cuando sea grande se lo agradecerá.
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