A la verdad nuestro Dios es soberano y puede utilizar a cualquiera para cumplir sus propósitos, pero debemos tener presente que para ocupar una posición de liderazgo se requiere una preparación especial, veamos algunos casos que están plasmados en la Biblia, por ejemplo el caso de Moisés, tuvieron que pasar 40 años para que el fuera enviado a dirigir al pueblo de Israel hacia la libertad, otro ejemplo claro de la preparación que Dios hace con quienes llama a liderar es José en Egipto, el proceso que este pasó fue tremendo tuvo que ser vendido como esclavo y luego pasó varios años en prisión, el caso de Nehemías que nació en cautiverio, Dios lo preservó y lo preparó para ser un líder, habiendo tenido una preparación especial como funcionario del rey, fue una persona que ocupo una posición privilegiada dentro del palacio y es de allí de donde lo saca Dios para llevar a cabo la obra especial que le tenía asignada.
Para que una obra se pueda llevar a cabo es necesario planificar, por lo que una de las bases de un liderazgo efectivo es una adecuada planificación, no puedes ir por allí queriendo llevar a cabo la obra para la cual Dios te ha llamado a través de la improvisación, si bien es cierto Dios nos prepara, pero aun así debemos poner todo de nuestra parte para poder llevar a cabo la obra con excelencia, no debemos sentarnos a esperar que las cosas sucedan.
Debemos ante todo ser proactivos y no reactivos, algo muy importante que debemos tener presente en todo tiempo es que “Un Líder hace que las cosas sucedan”.
Como líderes efectivos debemos estar preparados para los retos, tanto internos como externos, debemos estar conscientes que en toda obra habrá oposición ya sea desde adentro o desde afuera del lugar donde Dios nos ha establecido, siempre habrá alguien que el enemigo quiere usar para detenernos, inclusive nuestra propia familia, va a empezar la queja, la murmuración sobre el tiempo que dedicamos a servir en la iglesia, que ya no les dedicamos tiempo, que ahora nos hemos vuelto santulones y que contradictorio porque antes que estábamos en el mundo quizá metidos en alcohol, drogas adulterio o que se yo de donde nos sacó el Señor nadie decía nada, pero ahora que hemos cambiado el rumbo de nuestra vida, ahora que somos diferentes y que nos hemos levantado por nuestra generación es cuándo vienen a murmurar.
Todo líder efectivo debe cuidar celosamente su testimonio, ya que este es un arma mortal para el enemigo, al ocupar una posición de liderazgo los ojos de la gente están puestos en uno, por lo tanto debemos ser íntegros, debemos ser los mismos dondequiera que vayamos, nuestro actuar dirá mucho de qué hablar y servirá para que otros vengan a los pies de Cristo, por muy pequeño e insignificante que consideres tu testimonio este es muy valioso, ya que lo que tú has logrado tomado de la mano de nuestro Señor, hay otros que les ha sido imposible lograr.
Líderes debemos tener presente algo que dice mi Padre espiritual, liderazgo no es posición, liderazgo es disposición.
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